Tengo miedo.
Pero no es ese tipo de pánico que se acomoda en tu estómago y poco a poco, cuando todo lo que se encuentra a tu alrededor vuelve a la normalidad, desaparece.
Me da miedo lo que pueda pasar; y lo que no pueda pasar. Me da miedo cometer un error tan grande que no sepa cómo solucionarlo. Pero creo que me aterra más no tener la oportunidad de cometerlo. Temo que llegue el día y que no ocurra nada, y que las estúpidas promesas vuelvan a estar vacías, que los para siempre no signifiquen nada y todos los momentos se los lleve el viento.
Odio que todo parezca perfecto, y que de repente el cielo se nuble.
Y lo único que me apetece es gritar
(y comer helado).
Pero no es ese tipo de pánico que se acomoda en tu estómago y poco a poco, cuando todo lo que se encuentra a tu alrededor vuelve a la normalidad, desaparece.
Me da miedo lo que pueda pasar; y lo que no pueda pasar. Me da miedo cometer un error tan grande que no sepa cómo solucionarlo. Pero creo que me aterra más no tener la oportunidad de cometerlo. Temo que llegue el día y que no ocurra nada, y que las estúpidas promesas vuelvan a estar vacías, que los para siempre no signifiquen nada y todos los momentos se los lleve el viento.
Odio que todo parezca perfecto, y que de repente el cielo se nuble.
Y lo único que me apetece es gritar
(y comer helado).
No hay comentarios:
Publicar un comentario